De Cínicos y Soñadores

Tal vez no sea el mejor tema para recuperar por cuarta vez la forzada vocación de bloguero, pero me apetece desperdigar a los cuatro vientos del mar de internet esto que cada vez se convierte más en una certeza. Vivo y crezco a medio camino entre el cinismo y la ensoñación.

Que la vida es perra es una constatación de hecho que se obtiene con el sencillo ejercicio de abrir los ojos y dejarlos abiertos un rato mientras te fijas en lo que ocurre alrededor. Me dispenso de enumerar dramas y más dramas, fracasos en batallas, en proyectos, en decisiones que a la larga se manifestaron erradas.

Pero que la vida es una potencia creativa es un hecho igualmente evidente, aunque no basta simplemente con abrir los ojos, es necesario fijarse con atención para ver la superación cotidiana de madres y padres por ser mejores padres y madres cada día, la cima que se escala cada mañana al tratar de dominar algo más nuestros trabajos y, especialmente, nuestro modo de trabajar y vivir con los que trabajamos; se nota especialmente en las barreras que se doblegan -y se hace cada día- entre razas, entre edades, entre mentalidades, gracias a que mujeres y hombres como tú y como yo superan sus prejuicios y los de sus conciudadanos para poner un ladrillo de algo que de vez en cuando todos soñamos.... sí, también I had a Dream.... como Luther King.

Así que la vida es el barro en el que plasmar nuestros sueños, pero al mismo tiempo es un barro, y por tanto las más hábiles manos de nuestro entorno, guiadas por las más sagaces cabezas pensantes no lograrán más que dar forma el barro. Y aquí aparecen mis amigos los cínicos, los desencantados, los profetas del imposible y el irreal.

Tras pocos o muchos fracasos tantos y tantos soñadores se vuelven cínicos y se conforman con el barro informe, porque al fin y a la postre, por mucho modelo que se de, el barro es eso, siempre barro. Y es la apabullante lógica del cínico la que devora ensoñaciones y recluta continuamente nuevos adeptos a la causa del nada sirve y del tirarlo todo por la borda, la horda de lamentos y críticas que alimentan una insaciable sed de felicidad insatisfecha, de negrura en el alma, de ilusiones controladas.... porque sólo quien es práctico asume que la vida es lo que es y da lo que da.

¡Y así es! Es lo que es, hay lo que hay.... pero en lugar de ser menos de lo que desearía.... ¡es tantísimo!. Barro hecho forma, a fin de cuentas tierra y agua.... pero moldeada y de alguna forma imbuida de un espíritu que ha salido del sudor y del aliento jadeante de quien lo ha moldeado.

Mi vida no es un sueño maravilloso, es sólo barro, pero barro maravilloso, barro entarñable que dar forma, forma de sueño en su debil terruño, forma de deseo y al mismo tiempo parte del deseo inalcanzable que aquí alcanzo, mezclado entre mis dedos, incrustado entre mis uñas... Barro, sí, pero el barro con el que también se puede aprender a vivir sueños.

Y así, el improbable e imposible, en barro, se hacen visible, posible, probable.... amable

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